tarta de manzana...deliciosa y diferente.

Como veis,sigo buscando recetas....esto no se acaba¡¡¡¡
Hay miles y miles,pero yo sigo teniendo inclinación ,casi siempre por las mismas,recetas alemanas,o centro europeas...esta en este caso,creo que es suiza,y me la dio mi amiga Silvia,que desde aquí,le mando un beso....
Es diferente ...por sus ingredientes,el vino y la nuez moscada,yo cuando la probe en su casa,me encantó,y por eso no la olvide,hasta hoy que la he hecho.
RECETA
150 de harina
100grm de almendra
125 de margarina
100grm de azúcar
una pizca de sal
1 huevo
relleno:
5 , o 6 manzanas
200ml de nata
100ml de vino blanco(dulce)
3 huevos
2cuch.y media de maicena
4 0 5 chu.de azúcar
una pizca de nuez moscada.
almendras en laminas
y para decorar mermelada de albaricoque

preparación:
Empezamos mezclando los ingredientes de la masa quebrada,y una vez bien amasados,meter en el frigorífico media hora.(os recomiendo que sea mantequilla no margarina,y si veis que la masa necesitara un poco de harina mas,se la añadís)
Mientras pelamos las manzanas,y las hacemos rodajas,finitas, reservamos. En un bol a parte mezclamos la nata el vino el azúcar los huevos y la nuez moscada.Incorporamos las manzanas. Extendemos la masa y la colocamos en un molde desmontable, incorporamos la crema con las manzanas y espolvoreamos con almendras. Horneamos 50 min a 180º. Cuando salga del horno la pintamos con mermelada de albaricoque y enfriamos varias horas para que la tarta coja su sabor.



"Las circunstancias de la vida nos agitan permanentemente y muchas veces nos alejan de nuestro centro.

Unas veces somos conscientes de ello pero muchas otras no. Corremos entonces el riesgo de vivir alejados del centro, en la periferia. A veces en la periferia de la periferia.

En la periferia no es difícil estar alterado o desanimado, es el estado normal. Y la alteración, el desánimo, llevan por un camino descendiente y hacia una pérdida progresiva de nuestra vitalidad.

Pero si somos conscientes de cuál es nuestro centro, podremos volver a él de contínuo, aunque en ocasiones no estemos centrados. Este volver al centro es en realidad volver a conectarnos con el espíritu que somos, con nuestra esencia. Entonces volvemos a recuperar la libertad y la soberanía. "
(Joaquin Tamames)